Luchar por el derecho a la salud es luchar por la justicia social
Noticias de Euskadi-Cuba

Euskadi-Cuba.- La Justicia Social cada día se difumina más entre otros eslóganes ocasionales, bonitos, altisonantes y correctos. Un lugar común al que se referencia con frecuencia pero que pocas veces se pone en práctica, se ejecuta, se “pone el cuerpo” como nos señalaban desde Fundación UMMEP y el Programa Operación Milagro.

Hoy, 14 años después de la proclamación por la Asamblea General de las Naciones Unidas del 20 de febrero como el Día Mundial de la Justicia Social, queremos destacar el camino que paso a paso se va dibujando hasta construir Justicia Social. Construirla, no solo mentarla. Ponerle el cuerpo, no solo palabras.

Desde el proyecto “La cooperación Sur-Sur como modelo de empoderamiento y emancipación. Visibilizando Operación Milagro en Argentina”, estamos hablando con numerosas organizaciones que nos muestran lo que es la lucha cotidiana por defender derechos básicos, fundamentales, los recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Organizaciones como Juanita Moro, MOCASE, Cooperativa de Recicladores y Cartoneros Podemos de Villa Los Galpones, UCATRAS Unión Campesina Traslasierra, y por supuesto Fundación UMMEP, nos han recordado que comunitariamente se puede poner en tensión las estructuras de dominación, mentales y legales, hasta romperlas para abrirse paso hacia la construcción de relaciones humanas más justas y vivibles.

El camino es duro, pero los logros se consiguen paso a paso. Siguiendo el objetivo de la salud como un derecho y no como un privilegio, las organizaciones han demostrado que colectivamente se puede conseguir un mayor bienestar para las personas, sin dejar de buscar la implicación directa de las instituciones que han de velar por estos derechos. Reivindicar Justicia Social y luchar por ella es un trabajo arduo cimentado sobre la búsqueda de las responsabilidades estatales, sin olvidar la participación popular.

Las desigualdades sociales no paran de crecer año a año, las perspectivas post-pandemia no son mejores, pero ante ello, el ejemplo de estas organizaciones nos muestra como el trabajo colectivo, puede hacer más vivible el camino hacia la Justicia Social plena.

 

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